Muy poco antes de estos encuentros, el fin de semana del 5 y 6 de julio, el Mundial se puso a andar. El sábado 5 llegó al puerto montevideano el vapor Conte Verde con las delegaciones de Rumania, Francia, Bélgica y Brasil, además de la plana mayor de la FIFA, encabezada por su presidente, el francés Jules Rimet. Este traía en sus valijas el trofeo de oro que se entregaría al campeón. Hasta ese día, muchos en Uruguay temían que el Mundial resultara un fracaso, debido a la negativa de muchas federaciones a participar. Los primeros en llegar fueron México y Estados Unidos, pero la presencia de tres equipos europeos y de las máximas autoridades del fútbol representaba un gran alivio.
Además, en el vapor de la carrera arribaron Chile y Perú. Y Bolivia había anunciado apenas 48 horas antes que ya viajaba para disputar el certamen. El mismo día de la llegada de Rimet se realizó la primera reunión del comité organizador del Mundial. Su decisión inicial fue que los 13 participantes se dividieran en cuatro grupos, tres de tres equipos y el restante de cuatro, aunque la integración de los grupos quedó para el lunes 7 (hubo un sorteo, con cabezas de serie: Uruguay, Brasil, Argentina y una compartida por Estados Unidos y Paraguay). Ese sábado, Rimet entregó la Copa del Mundo al presidente de la AUF, Raúl Jude, lo que originó la conocida foto que acompaña estas líneas. El domingo se disputaron varios amistosos (el Campeonato Uruguayo se había suspendido hasta después del Mundial). En Pocitos, ante el propio Rimet, Peñarol le ganó a River argentino por 2 a 1. Nacional derrotó a Olimpia por 1 a 0 en el Parque Central, con la presencia del vice de la FIFA, el húngaro Maurice Fischer.
Luego se sumaron las delegaciones de Rumania y México, ante lo cual se detuvo el juego y los futbolistas uruguayos dieron desde la cancha las hurras por los visitantes. Además, Rampla le ganó 3-2 a Bella Vista en Belvedere y Defensor 2-1 a Sud América en el Parque Rodó.
Esos encuentros, así como el homenaje de la delegación de Chile al prócer José Artigas en la Plaza Independencia, tuvieron más espacio en la prensa que dos hechos ocurridos en la concentración uruguaya, que funcionaba en la casona de la cancha de Olimpia en el Prado (actual Parque Federico Saroldi). Uno fue el incidente que tuvieron Lorenzo Fernández y Álvaro Gestido durante una práctica, por causas que no se indicaron. Más importante fue la eliminación del plantel celeste del arquero titular, Andrés Mazali, por indisciplina: se había escapado del local para visitar a su novia. El Diario informó que los jugadores seleccionados de Nacional habían amagado retirarse de la concentración en solidaridad con su compañero.
Al final se quedaron y Miguel Capuccini fue designado en lugar de Mazali. Todo el episodio mereció pequeños recuadros en los diarios. El Ministerio de Instrucción Pública anunció que se encargaría de filmar la película del Mundial. “Se desea hacer algo artístico y que llene realmente los fines de propaganda para los que se quiere destinar”, informó la prensa. El domingo 6 también se anunció que el Estadio Centenario se inauguraría el viernes 18, lo cual mereció una crítica de El País hacia quienes habían dicho “casi como un juramento” que estaría pronto para el día 7. Entonces, para los partidos anteriores fueron fijados el Parque Central y Pocitos. El calendario se completó sobre la hora. Y casi sobre la hora, el comité organizador fue autorizado a comprar una bandera de cada país participante.
